Asombro es ver de cerca el proceso de construcción y elaboración de alguien. Viviana hace velas de cera de abeja con una técnica bellísima de flores que jamás imaginé; tiñe sus colores con grana cochinilla, añil, alumbre, ella hace casi todo. Me contaron que en Teotitlán tienen la tradición de regalar una vela cuando se va a pedir la mano, se dice que entre más flores tenga la vela es más el amor que se le tiene a la novia.
Viviana hace las velas con una calma impresionante, permanece sentada y en silencio para hacer todas esas flores y cirios pudimos platicar con ella, me senté a ver mientras ella nos preguntaba diferentes cosas y nosotros a ella, todo su taller es calma y el mismo espacio te invita a guardar silencio. Hacer velas es meditativo, eso he aprendido en este tiempo y verla me hizo reafirmarlo.
No sabía que visitar a Viviana me regalaría mucha reflexión y gratitud.